Moscas en la Miel

lunes, 27 de diciembre de 2010

Pensamientos de Café Express

FELICIDAD EFÍMERA

Últimamente la felicidad escasea. Nadie está contento, mucho menos satisfecho con su vida. ¿Será el amor lo que les falta? ¿Dinero tal vez? Debe de haber un punto, algo que defina la felicidad tal y como la conocemos. ¿Qué es eso que tengo yo que les falta a ellos? No lo sé, no me interesa saberlo pero, con certeza puedo decir que varias miles de cosas alimentan mi espíritu y al menos, hoy en día puedo asegurar que incluso con todas mis altas y bajas, soy feliz. Soy feliz porque comenzaré una nueva vida dentro de poco. Feliz también porque la que tengo ahora no le pide nada a la del pasado ni tampoco a la del futuro. Soy feliz porque me he abierto de cierta manera para dejar entrar a las personas correctas a lo largo de los años y las que están ahora a mi lado, son las que más quiero y necesito. Tengo la sensación de que la felicidad es efímera y que algún día desaparecerá. De nuevo, no lo sé, pero al menos proclamo que el día de hoy, SOY FELIZ y no puedo estar más agradecida con la vida.

¡Gracias vida!

¡Me siento bien el día de hoy!

http://www.youtube.com/watch?v=CmwRQqJsegw

viernes, 17 de diciembre de 2010

Christina Aguilera - Lift Me Up




A veces, la vida puede ser una reverenda mierda. Hay días en donde todo nos sale mal y estamos al borde de lanzarnos a un precipicio. Para mi, esta semana ha estado llena de esos días y trato de aferrarme al borde del abismo pensando en la gente que quiero. Sé que todo estará bien si me levantan el ánimo, sólo con eso la vida parece un poco más fácil y los problemas desaparecen. Aunque, por favor, no tarden mucho en levantarme que ya saben que la noche es larga a veces y estar sola puede resultar peligroso. Aclaro, no es como si fuera a suicidarme pero, a veces sentirse así hiere más que una navaja o un golpe en los nudillos.

Para ustedes va esta canción...

Gracias!

lunes, 29 de noviembre de 2010

The Kids From Yesterday- La canción de la infancia ochentera que nunca tuve

Bueno, sé que esto no tiene que ver nada de nada con DDC pero, ¡no me importa! Así que bajo ese concepto (y el hecho de que a nadie le importa este blog más que a mi y tal vez a Pau) dejo esta canción que me trae recuerdos de unos años que no viví del todo porque uno, era un feto y dos, no apreciaba estilo de música porque ni siquiera sabia qué era eso. Esta canción me trae una nostalgía que no conozco y que hace que mi piel se ponga chinita...The Kids from Yesterday de My Chemical Romance, derivado del disco que seguramente Santa me traerá de Navidad (Y por Santa me refiero a ti Efraín ¬.¬), Danger Days: The True Lives of the Fabulous Killjoys.

Como sea, la letra les dice todo:

And now this could be the last of all the rides we take
So hold on tight and don't look back
We don't care about the message or the rules they make
We'll find you when the sun goes black

And you want to live forever in the lights you make
When we were young we used to say
That you only hear the music when your heart begins to break
Now we are the kids from yesterday

All the cameras watch the accidents and stars you hate
They only care if you can bleed
Does the television make you feel the pills you ate?
Or every person that you need to be

Cause you wanna live forever in the lights you make
When we were young we used to say
That you only hear the music when your heart begins to break
Now we are the kids from yesterday

Today, today
We are the kids from yesterday
Today, today

We're young the world stopped breathing
Yeah we left 'til your heart stops beating

Cause you wanna live forever in the lights you make
When we were young we used to say
That you only hear the music when your heart begins to break
Now we are the kids from yesterday
We are the kids from yesterday
We are the kids from yesterday
We are the kids from yesterday
Today, today
Ok, aún estoy llorando. Ese sonidito del Uuuuuuuuuuuu de Gerard Way taladra mi cabeza como muela del juicio. Así que por esto y muchas cosas más, ¡gracias M.C.R. por todo! Tal vez no salvaste mi vida pero, damm, la hiciste más divertida XD
xoxo
Ale

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Danger Days







DANGER DAYS
The True Lives of the Fabulous Killjoys
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Los días en que los zombies dominaban la tierra han terminado.

Las nuevas generaciones de humanos, nacidos durante la Fiebre de la Muerte han aprendido muy bien a sobrevivir ante el nuevo ambiente hostil de la tierra.Son más fuertes, más rápidos y ciertamente más guapos a diferencia de sus enemigos que siguen siendo igual de torpes que pues, siguen…muertos.

La propia selección natural de la llamada Generación Z (si, la Z es de Zombies) ha instruido a sus cuerpos para actuar o ser desechados, seguir siendo humano o ser comido y convertirte en un apestoso muerto viviente.

"Una mordida, una bala" es el lema que los Killjoys tienen siempre en mente, pero ¿qué pasa cuando su líder es mordido y ninguno se atreve a poner una bala en su cabeza?
Nadie lo sabe, puede que el futuro sea a prueba de balas.



¿Qué vamos a hacer ahora? se preguntaba Ryan mientras veía cómo Eve limpiaba la herida en la mano de Gunther, aunque ella no sabía nada de primeros auxilios y lo único que cargaba en su morral era una bandita usada.

Era una sola mordida hecha por un zombie idiota y flacucho, que aunque era más lento que Gunther, no evitó que mordiera y arrancara un pedazo de su mano en una misión de limpieza. Hacía meses que no tenían una sesión de aquellas, los ataques eran cada vez menos recurrentes y la vida cada vez más aburrida. Uno ya no veía en las calles a la gente corriendo con las hordas de zombies detrás, en primer lugar porque la gente se había extinguido poco a poco y en segundo, porque también los muertos eran escazos. Si, es una mierda que en la interminable guerra entre vivos y no vivos, ninguno quedara vivo…o medio muerto para el caso.

Los Killjoys no eran cualquier banda rebelde que cazaba muertos, no. Ellos eran el Tiger Woods de los de su tipo, con sus geniales chaquetas y sus pistolas de colores. Habían arraigado muy bien el estilo de vida nómada y una revuelta de zombies de vez en cuando animaba sus espíritus casi tanto como un buen regaderazo.

Gunther West era la cabeza del grupo, nacido justo en el año en que comenzó la Fiebre gracias a un extraño químico derivado de las malteadas de Slim Fast (así que era obvio que los primeros zombies fueron gordos y estaban hambrientos). Nuestro joven héroe había tomado el poder después del suicidio de su padre hacia algunos años. Muchos decían que el viejo estaba deprimido pero Gunther era el único que sabía que la verdadera causa de la muerte de su padre era que había sido mordido por un "muerto incómodo" y prefirió mil veces matarse él mismo que dejarle aquella dura tarea a su hijo que en ese tiempo tenía sólo diecinueve años.

Pero ahora, probablemente Gunther tendría la misma suerte que su padre querido.

Muy contrario de su lema y demás cosas que los hacían lucir rudos, todos en el grupo prefirieron hacer como que nada había pasado. Su frase de una mordida, una bala no les cruzaba por la cabeza al ver al nervioso Gunther. Nadie quería jalar el gatillo, ni después enterrar su atractivo cuerpo en una fosa llena de fuego para evitar infecciones. Podían hacer eso con cualquier exhumano de la tierra, con todos excepto con su jefe.

– No sé qué están esperando. Ya deberían de haberme volado los sesos – Gunther rompió el silencio.

– No vamos a hacerlo, no es como si fuera muy fácil – le contestó su inseparable Ryan, que no conocía otro amigo que no fuera Gunther.

Ambos habían crecido en un campamento de resistencia en el auge de la Fiebre, en donde sus juegos preferidos consistían en jugar al Tiro al Zombie. Se habían prometido amistad eterna o una jotería por el estilo.

– Me importa un carajo que no sea fácil para ti. Sólo necesitas tomar el arma, asegurarte que el pistón este cargado y ¡bam! me metes un disparo en la cabeza. No es ciencia espacial – le entregó su arma favorita, la amarilla Bandit.

Ryan no tomó el arma que su amigo le ofrecía, entonces Gunther se la dio a Eve.

– Querida, tú eres la elegida –

– Pero Gun… – ésta titubeo.

Tampoco tomó el arma.

– Bueno, si ninguno de ustedes PAR DE COBARDES lo hace, lo haré yo. Cuando lleguen a la base, díganles que Ryan se queda con mi puesto. Llévense mi cuerpo y entiérrenlo en donde está el de mi padre –

Gunther preparó el arma y la acomodó en su boca al lado de su muela picada (el estúpido creyó que así no le doleria la cabeza, irónico) Pero antes de siquiera jalar el gatillo, se detuvo.

– Hay alguien allá afuera – se agazapó delante de Eve que no le había entendido porque él tenía la boca llena – Ryan, la entrada –

Ryan recibió la última orden de su líder y se dirigió sigiloso a la entrada de aquel cine abandonado con Eve a su lado, al fin había entendido lo que Gun le había dicho.

Efectivamente, alguien o más bien, algo trataba de forzar la puerta para entrar.

– Fuego a discreción – susurró Gunther mientras Ryan contó para abrir la puerta.

3

2

1

THE FUTURE IS BULLETPROOF

Así que en un movimiento, Ryan abrió la puerta pero los últimos rayos del día impidieron que el fuego comenzara de inmediato.

– ¡Soy yo, no disparen! –

El cegador sol apenas les permitió ver la pequeña figura de la escurridiza Harriet. Los tres guardaron sus armas, excepto Gunther que volvió a meterla a su boca. Si, de nuevo al lado de su muela.

– Debes aprender a hacer ruido de humanos Harry, casi te vaciamos encima los cartuchos – soltó Ryan con la frente arrugada de preocupación y las manos en sus axilas.

El olor de su sudor era lo único que lo relajaba en momentos de tensión.

Harriet lanzó una sonora carcajada mientras retiraba su pesada chaqueta de cuero, demasiado pesada para su cuerpo de niña.

– ¿Acaso me vieron cara de uno de los apestosos? Saben que si eso me pasa, tienen mi permiso para volarme los sesos. Prefiero morir antes de... –

Ella paró de hablar al ver la clara actitud kurtcobiana de Gunther, pero sobre todo, porque ninguno de sus compañeros reaccionó ante su chiste.

– ¿Qué pasa? – le preguntó a Gunther.

Él le mostró la mordida de media luna en su mano, Harriet sintió que todo se venía abajo. Ella en realidad odiaba que Gunther le diera órdenes, pero algo en ese momento le dijo que el mundo sin él no tendría sentido. Sería aburrido, más aún de lo que ya era y le esperaba una vida al lado de Eve y Ryan. ¡Ryan, por Dios Santo! Si fuera Eve solamente, las cosas tal vez serían distintas. Desear la muerte de su compañero no era un sentimiento que le enorgulleciera pero si estaba segura de que quería a Gunther con todas sus fuerzas desde el día que le salvó la vida. Los Killjoys la habían recibido con los brazos abiertos gracias a él luego de ser desterrada de la Ciudad Amarilla.

Ellos eran su familia ahora, y el hecho de verse perdiendo a Gunther le resultó inaceptable.

– ¿Hace cuanto que pasó? – les preguntó.

– Casi media hora – respondió Ryan cabizbajo.

– Perfecto, eso quiere decir que tenemos tiempo. Debemos irnos cuanto antes y Ryan, deja de ¡olerte las malditas axilas! –

Pareció como que ella había tomado el mando pero su marcha heróica se vio interrumpida por la mano sana de Gunther.

– No iremos a ningún lado, porque ahora mismo me meterás un plomazo. Antes de que me convierta en un apestoso –

– Es que no hay necesidad de hacerlo – exclamó Harriet.

– Si la hay – Eve trató de intervenir – Es decir, no la hay. Bueno, tal vez sólo si se convierte en zombie y trata de matarnos, ¿no? –

– Nop –

– Sabes que si, en unas horas seré uno de ellos –

– No si lo impedimos. Tu cuerpo morirá en veinticuatro horas a partir de tu mordida y Ciudad Amarilla esta sólo a seis de este pueblo fantasma –

Los tres escuchaban a Harriet pero sus palabras no parecían tener sentido. Gunther rodó los ojos sin decir nada, seguramente su protegida aún creía en la efectividad de las inyecciones de súper aminoácidos inventadas años atrás con el propósito de parar la Fiebre. Obviamente se había comprobado que las inyecciones probadas deliberadamente en simios sólo hacían la muerte más apacible sin dejar claro de pasar a un estado zombie después de eso.

– Los súper aminoácidos no funcionarán – aseguró Gunther.

Harriet sonrió al sacar su As de la manga.

– Las inyecciones no, pero en la Ciudad hay algo que puede salvarte –

Las palabras de Harriet llamaron la atención de sus compañeros y escucharon atentos el punto que ella trataba de venderles:

– Justo antes de que me encontraran en el deshuesadero de la Ciudad, yo había sido mordida por dos especímenes de prueba – levantó las mangas de su blusa, dejando ver múltiples mordidas en ambos brazos – Me usaron como parte de un experimento de una nueva cura–

– ¿Y cómo es que estas aquí? – preguntó Ryan.

– Es una larga historia y saben que no tenemos tiempo. El punto aquí es que hay una cura y juro por Jupiter que te vas a salvar Gunther. Lo juro – Harriet agitó la mano al aire.

Nadie dijo nada, aún esperaban una respuesta de su futuro exlider. Aunque por la actitud y el carisma, Harriet se perfilaba para ocupar el puesto.

– He decidido que…– Gunther frunció el ceño – Ryan, por favor deja de olerte las axilas, aquí apesta a muerto –

– Paré de hacerlo cuando Harriet me dijo – respondió.

– Muy bien, entonces quiere decir que estamos en problemas –

Gunther abrió la puerta de los cines, dejando ver a algunas decenas de zombies que venían hacía ellos y no precisamente era para ver películas. El ruido de los disparos de la pelea anterior habían atraido de manera rápida a los pocos zombies de la región.

Olviden la escazes de muertos o la valentía de los Killjoys.

Cuando se habla de zombies, deben saber que todo lo que se diga es totalmente opuesto.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Una locura: La Historia del Pequeño Libro Rojo




*Disclaimer: Los personajes y la historia siguiente, son derivados de Darling Dreaming Cecilia registrada en Safe Creative bajo el código 1007156833178. Ambas son producto de la mente ociosa de Alejandra Govea Hernández, así que sólo le pertenecen a su locura.

La Historia del Pequeño Libro Rojo
por Nico para Cecilia.
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Es de noche, hace frío y la cicatriz en el vientre de Cecilia le pica como recordatorio de que obró mal hace algunos meses. Sabe que no sólo la cicatriz se lo recuerda, ahora hay algo más en sus manos que la hace sentir culpable.

Es un regalo, el primero y único que ha recibido de parte de Nicolás Cortés.

Pasa saliva antes de abrir la primera página, en donde hay algunos dibujitos de personas vistiendo de rosa e incluso, de...

– ¿Calzones? – pregunta ella por lo bajo.

Con esa palabra sabe por dónde va la cosa, ese no es precisamente un libro de Octavio Paz así que con curiosidad, abre la primera hoja que está atiborrada de palabras escritas después de una fecha. De hace exactamente dos semanas atrás.

Pasa sus ojos para comenzar a leer lo que parece escrito por el propio Nicolás.

> Hola Peque.

El día de hoy pretendo contarte una historia, o más bien, a escribirla para que sepas que también pienso en ti de la misma manera en que tú lo haces conmigo. Y no nada más ahora sino que desde que te conozco, has ocupado un lugar en mis pensamientos de una u otra forma.

Sé que escribirlo en un pequeño librito rojo que me dio mi mamá suena un tanto gay y pretencioso pero, fue lo primero que se me ocurrió. Pude haberlo Twiteado pero sabes que eso no es lo mío y sé que tampoco es lo tuyo. Lo tuyo es algo más personal, más cercano, casi igual que un beso... ¿ves?, un tanto gay se queda corto.

Tal vez esperes que comience a contarte esta historia a partir del día en que te conocí o mejor, a partir de aquel día en que tu yo, bueno, ya sabes “nos perdimos el asco” como diría Iker, pero no. Voy a comenzar con la mejor parte de todas y probablemente al principio no te guste tanto pero tiene que ser así, ¿vale? Tienes que conocer mi versión de nuestra historia que increíblemente comienza aquí.

Entonces, aquí vamos...

Este primer capítulo lleva por nombre:

TERMINANDO CON BECKY


Si, seguramente estas poniendo cara de asco porque Becky no es de tu total agrado y mucho menos cuando ella era mi novia pero, como te dije, tengo que contarte esto para que veas la razón por la que no siento rencor alguno hacía ti luego de lo que pasó.

Todos cometemos errores, no sólo tú tuviste ganas de sexo alguna vez. Yo también las tuve y es bien sabido por toda la escuela que Rebecca Mejía fue receptora de mis deseos en su debido tiempo. Ella y yo...

A Cecilia se le hace extraño que algunas palabras estén rayoneadas, pero cuando continua leyendo sabe el porqué.

Por supuesto, no entraré en detalles para no hacerte sentir mal pero quiero ser sincero y decirte que en un principio, yo estaba loco por Becky.

En aquellos días, es decir, hace como dos años cuando acababa de entrar a la Prepa, yo era el mayor Loser de todos los tiempos. Bueno, al menos así me sentía a su lado porque Becky era fantástica, guapa y todos los demás adjetivos calificativos que le podías dar a una chica como ella. No te digo cómo ella y yo terminamos siendo novios porque simplemente no lo recuerdo, lo único que se me viene a la mente es que un día de esos ya estábamos tomados de la mano enfrente de toda la escuela. Bueno, creo que tú misma nos viste alguna vez en pleno arrumaco detrás de los salones de la escuela y ahora que lo pienso, me siento mal por eso.

Perdón.

Continuemos entonces. El punto es que yo “quería” a Becky con todas mis tripas y aunque estábamos juntos, tenía esa sensación de que yo no era lo suficientemente bueno para ella.

Gracias al cielo, no es que no fuera bueno, más bien no era de ella.

Supongo que tuve razón cuando un día, un pequeño rumor llegó sin querer a mis oídos: “Tu vieja te engañó con otro después de la Fiesta de Año Nuevo”, me dijo Iker un sábado. Lo primero que pude pensar además de que él era peor que una señora chismosa fue ¿Te cae?

No se lo dije a él, me lo dije a mí mismo.

Tenía razón, no éramos el uno para el otro. Yo era malo para ella, fue lo que pensé en lugar de odiarla por traicionera y mala leche.

Para colmo, Becky comprobó cada cosa de éste último párrafo cuando le reclamé su infidelidad: me cortó. No me rogó ni me pidió perdón como todo el mundo se hubiera esperado, al contrario, me echó en cara que yo era desconsiderado, que no la quería lo suficiente. Básicamente, que yo no la adoraba como ella se hubiera esperado. Ajá, adorada fue la palabra que utilizó y justamente como dices, se creía una especie de dios pagano.

Seguro quería que besara el suelo donde pasaba o que le cumpliera todos sus caprichos como quería.

Aunque debo decir que antes de cortar, había algunos que no me costaba tanto cumplirle, todos tenían que ver con sexo. Si, lo sé, suena asquerosamente machista pero los hombres nos movemos algunas veces sólo por sexo, sexo y más sexo. Tú sabes que incluso nuestro principio estuvo cargado de algo de eso mismo, y ¿sabes qué?, aunque al inicio me arrepentí, luego supe que era lo mejor que me había pasado.

Ya te sabes el cuento mejor que yo: tú y yo aquel día solos en mi cuarto, el ensayo sobre la vida de Dalí, el olor de tu cabello pegándome en la nariz y tu rostro. ¡Mierda!, aún recuerdo a la perfección tu rostro cuando me dijiste que yo era buen hombre. Si, ¡cómo no! un buen hombre que aún no quitaba de su espejo la foto de su ex novia traicionera, cuando lo único que se le ocurría era besarte sólo a ti.

Tus ojos cafés y tu respiración medio agitada me dieron ganas de hacer lo que no había hecho con Rebecca en año y medio de relación: adorarla.

En cambio, te adoré a ti a partir de ese momento.

Cuando me acerqué para besarte al fin, algo dentro de mí me dijo que no lo hiciera, que eran mis hormonas las que me movían. No estás tú para saberlo, ni yo para contártelo pero aquel domingo que llegaste a mi casa, yo andaba desnudo por todos lados aprovechando el hecho de que no había nadie, así que eso explica mi lado salvaje de aquel día. Estaba listo para la acción incluso antes de que tú llegaras aunque no tuviera idea de que esa acción casi iba a ocurrir contigo.

Tus besos me incitaron más de lo que hubiera querido, ya sabes, a pesar de la obvia situación siempre te he considerado una niña tierna y pink, amante de la música de los Jonas Brothers, por poner un ejemplo. Pero ese día, cuando las cosas entre nosotros se pusieron más calientes, no tardé en sorprenderme, te lo puedo asegurar.

Por un momento pensé ¡Carajo, la estoy pervirtiendo! pero cuando nos desvestimos poco a poco y me tocaste tímidamente ahí mientras veías mi poster de Muse, supe que no eras tan pink que digamos y que los Jonas eran unos pendejos a tu lado. Eras morada, como los calzones que llevabas ese día y los cuales me encargué de quitarte cuando te pregunté si eras virgen.

En ese momento, Cecilia cierra el pequeño libro rojo, está realmente enojada.

– No me preguntaste si era virgen, más bien y lo digo literal, me preguntaste si era mi primera vez – dijo ella hacía la nada.

Aclarado el punto con el aire, continuó con su lectura:

Antes de continuar, quiero que sepas que este no es una especie de reclamo hacía ti. Para nada, es sólo que quiero recapitular las cosas entre nosotros.

Regreso a cuando ya estábamos desnudos, listos para tener sexo espontáneo y sin compromiso alguno. Fui un idiota al pensar eso porque sin compromiso alguno no aplicó ni en ese momento ni mucho menos después cuando te dije, espera, no recuerdo las palabras exactas pero creo que te dije que eras el cielo. Si, te dije que eras mi cielo. Fue antes de que llegara mi mamá a interrumpir todo y después de que me robara tus calzones.

Perdón otra vez por eso, pero sí me los robé o más bien, nunca te los he regresado. Ok, lo admito: soy un PERVERTIDO pero para mí son un tesoro, el triunfo de la mente sobre la materia como dice el jodido del Edward Cullen (por cierto, ¡qué tipo tan más joto! pero la verdad, tienes razón: si me parezco un poco a él).

Por cierto, sobre los calzones de una buena vez te digo: no te los regresaré y si lo hago, el día que eso pase, te aseguro que será cuando quiera olvidarme de ti.

P&L

Nico <

Cecilia no puede evitar esbozar una sonrisa al leer el penúltimo párrafo de ese improvisado capítulo. Ella aún no recibía de vuelta esos calzoncillos, así que, ¿aún tenía esperanza?

No quiere hacerse ilusiones estúpidas así que da la vuelta a la página.

Y lo primero que lee en letras grandes y mayúsculas es: CECILIA, LA SRA. ARCHUNDIA Y YO.

martes, 3 de agosto de 2010

Cast News: La Manada, Joaquín Cabrera y Rebecca Mejía

Hola, hola. Probando, probando!! (esta mierda sirve?, alguien me escucha?)

Ok, si bueno ejem!. El día de hoy he venido nuevamente a jugar a la directora de casting para traerles a los demas personajes principales de Darling Dreaming Cecilia! Ya saben a Andy, David, Joaquin (cof, cof, bastadoo cof!) y (Ugh!) Rebecca.

Ya sé, fui duramente criticada por poner a mi esposo Robert en el papel de Nico pero es que es taaan adorable y buen actor que tenía que hacerlo. Ahora, eso no significa que todos en la vida de Ceci sean perfectos y buenos mozos, ni tan producidos peero, vivo en un mundo de apariencias en donde lo bello es lo bello y los sueños son sueños. Tenía que idealizarlo todo jeje!

Así que sin más preambulo, aquí esta mi parodía del Cast 2 de DDC. Disfrutenlo!

Cast 2 Darling Dreaming Cecilia

Una nueva página se ha escrito en la realización del cast de Darling Dreaming Cecilia, la historia sobre adolescentes raros y extraños, pero extremadamente loca del momento. Más famosa que Glee y Gossip Girl juntas, esta es una historia que ha robado corazones alrededor del mundo.

Después de dar a conocer los nombres de los protagonistas, la prensa no dejo de bombardear a la directora de casting de la producción sobre los nombres de los actores para los personajes principales.

– Todo se dirá en su momento– dijo Alle molesta cuando los reporteros la acosaban en una de sus multiples citas con Robert Pattinson – No revelaré más detalles al respecto–

Después de algunos días de cazar talento de todo el mundo, el cast restante ha sido revelado a la prensa y el día de hoy se presenta a ante ustedes, las lectoras.

En primer lugar, se dieron a la tarea de buscar a Andrea Colin, mejor conocida como Andy, la mejor amiga de Ceci. Dado que la descripción de Andy la define como una niña bajita y con cara de que no rompe un plato, MOV Production se dió a la tarea de reclutar a las estrellas jóvenes de Disney (lease, Selena Gomez y la otra tipa esta que es novia de Joe Jonas) Miley Cyrus estaba contemplada, pero la extraña cara de troll que tiene hizo dudar a propios y extraños así que salió de las conversaciones para el papel. MOV no queria que sus historias estuvieran relacionadas con personajes fantasticos, además de Jorgito, claro está. Entonces, llegó la querida Ellen Page, y su sensacional química con Olivia y la magia comenzó. Las palabras fluyeron al imaginarse a estas dos juntas, siendo compañeras en las buenas y en las malas.

– No pudimos encontrar a una mejor amiga que ella– dijo Olivia con una enorme sonrisa.

Asi que de inmediato se le ofrecieron algunos millones de dólares a la querida Ellen para que aceptara el papel, aunque dijo que el papel la habia cautivado desde el primer instante.

Ahora pasamos a la parte masculina de la manada: David Iriarte, nerd politicamente correcto y ávido de popularidad. Es el mejor amigo hombre de Cecilia, su Pepe Grillo por asi decirlo. Es la mente pensante del grupo pero resulta ser el más inocente entre aquellas dos niñas precoces. Por eso, MOV Productions no tuvo que buscar mucho, ya que el actor Michael Cera era el ideal para representar al niño bueno, amigo de sus amigas.

- David no tenía que ser exactamente guapo, buscabamos a un actor que pudiera divertirnos con sólo verlo aunque también, pudiera atraernos con su forma de ser- dijo Alle, al noticiero de espectaculos de E! News.
Ahora pasamos a la parte desagradable del cast: los villanos.

Comenzaremos con la altanera de Rebecca Mejía, alias Becky, la horrosa chica novia de Nico. Con una personalidad construida en base a su apariencia, la producción sabía que debía encontrar a alguien realmente hermosa y un poco pesada por así decirlo. Megan Fox rechazo su papel debido a que participaba en las grabaciones de la pelicula Jennifers Body,por lo que tuvieron que reclutar a una chica de igual belleza pero mayor talento histrionico: Barbara Mori. Ella ha dicho a los medios que la gente se ha tomado muy en serio su personaje, ya que incluso ahora todos en la calle de llaman Lolita como a su personaje.

Pero no sólo Cecilia tiene a su Némesis, también Nico tiene al suyo y ese es ni más ni menos que Joaquin Cabrera. Él es el patan que sin saber embarazó a Cecilia. De familia rica, este chico doble cara engatusa a todas las chicas a su paso con su aspecto rudo. Afortunadamente para la producción, un actor que se había buscado originalmente llegó para pedir ser parte de la historia una vez que vio que esta tenía demasiado éxito. Su nombre: Michael Pitt, reclutado para ser originalmente Nico pero ahora se integra como Joaquin en una aparición especial del capítulo 10.

Y bueno ahora que el Cast principal esta completo, sólo queda agradecer a los lectores que siguen este blog. Gracias por leer mis estupideces, prometo darles mucho en esta historia.

xoxo

Alle

lunes, 12 de julio de 2010

*°'°DOS°'°*

Música? Sex on Fire-Kings of Leon

La estoy cagando pero en grande.

- ¿En dónde estás?- pregunta Andy por teléfono, la pequeña se escucha claramente alterada.

No sé qué decirle exactamente, pero no estoy en la tierra, eso es seguro.

- En...mi casa. Digo, en la casa de Nico, ¿por?-

- ¿Qué carajos haces allá?, quedamos de vernos a las 7 para ir al cine-

Ya ni me acuerdo qué película. Ni siquiera sé con exactitud quién es Andy y honestamente, si sé la hora es porque ella me lo dijo. Es de esos momentos en los que no sabes cómo demonios llegaste a tal punto y repasas uno a uno los pasos que diste para estar como estas.

- Estamos haciendo un trabajo de Arte. Nos hemos demorado más de lo normal porque la Wiki no sirve- alcanzo a responderle a Andy, apenas si puedo aguantar un jadeo- Ya sabes como se las gastan los informáticos, David lo dice todo el tiempo, ¿recuerdas? Bill Gates es un...- soy interrumpida.

- Cuélgale- me dice al oído Nicolás.

Su voz me pone la piel chinita. O bueno, no sé si es sólo su voz o el hecho de que besa mi cuello con pasión lujuriosa mientras hablo por teléfono. Hace unas cosas con las pestañas que...

- Pues apúrale y mueve tu gran trasero a mi casa, tal vez alcancemos la función de las 9- ordena la extraña con la que hablo por teléfono.

-Haré todo lo posible pero no sé a qué hora vamos a acabar porque este trabajo es importantísimo Andy así que..."kjj", ¡estoy pasando por un tunel!, "kjj"- le cuelgo, lanzo el teléfono a un lado y regreso a la maravillosa tierra media de los brazos de Nicolás.

Ni idea de cómo pasó todo, simplemente en dos segundos Nicolás se había encargado de retirar tanto su pantalón como el mío. Ni tiempo me dio para detenerlo o para alegarle algo. Con decir que no sé cómo me quitó la blusa sin darme cuenta. Sé que algo va pasar porque llevamos más de una hora devorándonos a besos así sin más, solamente en ropa interior. No dejo de preguntarme en qué punto habíamos dejado a Dalí a un lado y en cuál habíamos decidido manosear nuestros cuerpos de manera tan...pecaminosa, como diría mi abuela.

Ah, si lo recuerdo: yo adorable, él adorable, todos semidesnudos.

Nicolás es maravilloso con las manos, las caricias son lo suyo. De repente me da un poco de vergüenza cuando comienzo a sentirme húmeda pero supongo que Nicolás esta igual porque siento cómo algo duro se roza contra la tela de mis bóxers rosados casi desde que comenzamos. ¡Quién diría que Nicolás tenía un gran equipo escondido debajo del soso uniforme escolar! Bueno, es que con ese uniforme todos nos vemos aburridos.

Después de mi boca, él comienza a besar mi cuello nuevamente y a lamer el lóbulo de mi oreja, lo cual me provoca que suelte muchas risitas ahogadas, sobre todo porque con sus manos masajea la parte en donde me siento todos los días. Sin duda, mi trasero esta mejor en sus manos que en la butaca del cine al lado de Andy.

Gracias a Dios que no hay nadie en su casa porque estamos a punto de comenzar con las palabras obscenas y sería una lástima decirlas en voz baja.

-¿Te gusta?- me pregunta Nicolás sin despegarse de mi cuello.

¡Uy!, es igual de sensual que el mismo Edward Cullen. Es más, si me dice lo del León y la Oveja seguro que me da una especie de orgasmo temprano.

- Estás loco- le respondo a duras penas.

Inútilmente comienzo a reaccionar y a pensar en lo que estamos haciendo. Y si, no parece lo correcto pero a ¡qui-én ra-yos le im-por-ta! El hombre que más me gusta en la vida real (mucho más que Brad Pitt y Johnny Deep juntos) se encuentra encima de mí, besándome y sudando como un atleta listo para las primeras olimpiadas eróticas 2010 con sede en medio de mis piernas.

¿Debo acabar con el momento?, me pregunto cuando la boca deliciosa de Nicolás va bajando hacia mis insipientes pechos, mientras recita las sabias palabras de Dalí. Era la frase que abría nuestro ensayo y la única que me elevaría la temperatura de ahora en adelante.

- La única diferencia entre un loco y yo...- baja tortuosamente el tirante de mi corpiño - es que el loco cree que no lo está...- descubre mi pecho, observándolo detenidamente, luego me mira a los ojos – mientras que yo, querida Cecilia, sé que lo estoy. Estoy complemente loco – finalmente comienza a besar aquella parte que nadie nunca me había visto, mucho menos besado.

Siento la desesperación de Nicolás cuando comienza a besar mi pecho desnudo y lejos de darme miedo, me gusta demasiado. Comienzo a gemir cuando en verdad no quiero hacerlo. Me da pena. ¡Sé que esta mal!, que él sigue pensando en su ex novia (una más buena y más bonita que yo, lo que significa que lo que estamos haciendo es solo para pasar el rato) pero sin embargo, aquí estoy yo sin hacer otra cosa más que retorcerme en mis propios jugos sin poder evitarlo.

De algún lugar, la palabra salvadora llega a mi mente.

- Esterno...cleidomastoideo- digo jadeando.

Bendito sea Dios por el comercial de la tele.

La burbuja se rompe y ambos paramos todo, dándonos cuenta de que se sentía bien (demasiado bien) pero que teníamos que parar, aunque fuera muy tarde. Aún así, no podemos evitar esbozar una sonrisa de complicidad y en este caso, la sonrisa fue una nueva oportunidad para comenzar de nuevo.

Nos miramos como diciendo: ¿entonces? Afirmamos con nuestras calientes cabezas, el juego de bésame aquí y luego acá se retoma en el cuarto. En ocasiones así, las hormonas son las que ganan. ¡Pobre moral! Poco a poco la temperatura de mi cuerpo comienza a elevarse, más aún cuando Nicolás pasa las manos sobre mis bóxers tratando de bajarlos un poco. Sus ojos no se despegan de los míos. Claramente me quiere preguntar algo.

No espero lo que pregunta entre jadeos.

- Es tu primera vez, ¿verdad?- suelta como un látigo.

No, no es mi primera vez. Además, ¿qué le hace pensar que lo voy a hacer con él? Olvidenlo, lo haré de todos modos, no me importa. En realidad me muero por hacerlo con Nico, ahora mismo, aunque yo no soy virgen desde hace exactamente dos semanas por culpa de mis hormonas adolescentes y el atractivo sex appeal de un dizque amigo de David dos años mayor que yo, del cual no quiero recordar su nombre. Después de aquel encuentro juré que jamás quería volver a saber del sexo o en su caso, de ciertos dedos mágicos juguetones. Las razones: no me pude sentar en dos días, ni siquiera pude hacer pis como Dios manda.

Como sea, reacciono porque Nicolás no deja de mirarme expectativo.

¿Qué le digo?, ¿que si o que no?

Después de pensar los distintos desenlaces de la historia, decido ser sincera con él.

- Si-

Bueno, eso no es precisamente sinceridad, pero si contamos que esa SI sería mi primera vez con él, entonces no es una mentira después de todo. Veo como Nicolás suspira al escuchar la palabra monosilábica. Es su sueño, el de él y de todos los hombres sobre la tierra: desvirginar a una chica. Aquello es como el premio Nobel para muchos, de seguro Nicolás se siente orgulloso y eso es obvio cuando sus labios se curvan con una sonrisa traviesa. Regresa sus manos a mi entrepierna, listo para hacer esa cosa con los dedos de las cuales yo no quería saber nada.

- No, espera. Será mejor que no comencemos así- habla de la voz de mi experiencia.

Él parece sorprenderse por mi iniciativa pero me sigue la corriente y levanta mi cadera para ayudarme a deshacerme de mi ropa interior. Mis calzocillos rosados de bordes con encaje y la palabra "picara" son lanzados a un lado de su cómoda, cayendo encima de su reloj de Homero Simpson. Me observa un momento, de seguro ya se dio cuenta de que soy muy delgada y ya no le gusté. Me quedo ahí, ansiosa, deseando saber qué es lo que piensa, con quién me estará comparando (sé por supuesto que lo hace con Rebecca).

Mi mente me dice que no piense en esas cosas, que disfrute en esta ocasión de lo que no disfruté la primera vez que estaba con otra persona que viéndolo bien ni me gustaba tanto. Ahora estoy más nerviosa que la primera vez pero no soy la única: Nicolás se retira sus bóxers con las manos temblorosas. Se ve tan lindo pero luego, al ver su desnudez, decido pasar los ojos al poster de Muse que yace colgado en la cabecera de su cama. Los penes siempre me han puesto nerviosa y Matt Bellamy lo nota cuando lo miro a los ojos evitando ver al chico que está desnudo sobre mi cuerpo. Buena suerte me dice Matt guiñándome un ojo y sólo puedo contestarle gracias mientras siento a Nico entre mis piernas.

- ¿Estás lista?- me dice haciendo que mi corazón se acelere como un loco.

¿Lista?, no lo sé. ¿Qué hago aquí?

- Creo que si-

Ok, ya recordé asi que aquí vamos.

Nicolás abre mis piernas con cuidado y eleva un poco la derecha, ¿es ese una especie de truco sexual y soy yo quien lo experimentará? Ni idea, no puedo pensar cabalmente.

Justo antes de comenzar con eso que ya todos saben, sorpresivamente él detiene su clara euforia por entrar en mi y delicadamente deposita un beso en mis labios. Es un beso tronado y húmedo por que su lengua acaricia la mia delicadamente, su saliva caliente hace que todo sea perfectamente sensual. Es el mejor beso de mi vida.

- Eres un cielo Cecilia- susurra en mis labios.

Es un momento tan tierno que hasta me dan ganas de llorar, pero no lo logro, unos ruidos extraños surgen en el jardín principal de la casa. No le tomo importancia, estoy a punto de ser desvirginada por segunda vez pero las ventanas tiemblan al cerrarse fuertemente las puertas de un auto.

Sobre mí, Nicolás se tensa mientras dice o mejor dicho, grita las palabras más desastrosas de la noche:

- ¡Mi mamá!-

- ¿Tu mamá?... ¡qué mierda!- grito haciéndolo a un lado bruscamente.

Tengo ganas de llorar aún, pero ahora de vergüenza absoluta. Nicolás me lanza el corpiño, mientras toma una manta tratando de cubrirme y con la otra hace malabares para colocarse los bóxers al revés. Después de todo con esa acción me doy cuenta de que no es un patán. Como puedo me pongo la blusa y el pantalón, al igual que Nicolás que se acomoda su cabello totalmente enmarañado gracias a mi.

- ¡Nicolás! - grita su mamá desde las escaleras.

- Má. Estamos acá arriba haciendo tarea - le contesta nervioso.

Luego, se escucha que unos pasos suben las escaleras.

¡La señora viene para el cuarto!

De nuevo conforme escucho los pasos subiendo la escalera, repaso toda aquella tarde y aún no sé cómo llegué a tal punto.

Definitivamente, debí de haber ido al cine con Andy.

lunes, 21 de junio de 2010

Cast News: Cecilia Guindi y Nicolás Cortés

¡Hey, tenemos lo más reciente de DDC!

Como era de esperarse, miles de actores llegaron a las instalaciones de Master of the Wicked Productions sólo para poder entrar al Casting de este su humilde historia Darling Dreaming Cecilia.
Cientos de chicas probaron para el papel de Cecilia Guindi, la chica despistada y burbujeante protagonista de la historia. Incluso pudimos ver en los pasillos de las oficinas a las mismisima Kyra Knightly o a la inalcanzable Kristen Stewart como los mortales, haciendo audiciones a pesar de su enorme fama Aunque debido a sus obvias depresivas expresiones faciales, estas actricez se quedaron fuera del cast de la historia. También la protagonista de Glee, Leah Michele probó suerte con los realizadores, pero sólo recibió un "suerte para la otra" por parte del director de elenco (leáse yo) ya que era demasiado masculina, además de que buscaba a su perfecta Cecilia.
Despues de miles de audiciones, y de escuchar la frase: "Oh Nico" de manera sensual varias miles de veces, llegó a nosotros el rostro que estabamos buscando para la protagonista: ella es, la simpática Olivia Thribly!, que se ganó a pulso el preciado papel.

Luego de dar este anuncio a los medios de comunicación y de firmar el contrato millonario con MOW Productions, se procedió a caracterizar a la novel actriz, conocida por su papel en la película Juno del 2008.
Es por eso que el día de hoy, te traemos al personaje protagonista de esta historia. Esperamos que sea de tu agrado, sino, ¡demándanos!:


Pero, el trabajo del realizador del cast aún no estaba terminado, faltaba uno de los personajes más importantes de la historia: el sexy y juvenil Nicolás Cortés, o mejor conocido como "Nico", el chico que enamora a Cecilia luego de besarla en su casa.


Igualmente, este fue un papel muy reñido. Actores de las series juveniles del momento (One Three Hill, Gossip Girl, Smalville, etc) probaron suerte para el papel del escolar rompecorazones preferido de la audiencia. La casa productora mandó llamar al actor Michael Pitt, que es identico a la persona en la que esta inspirada este personaje pero rechazó el papel debido a compromisos irrefutables de trabajo lo cual puso muy tristes a los realizadores.


Fue por eso que el esposo de la directora de cast (osea yo, si, otra vez), Robert Pattinson, se ofreció a interpretar el papel del joven e irreverente Nicolás Cortés. Obviamente, hizo hincapie en que no sólo por su cara bonita o porque se acuesta todas las noches al lado de la directora, se ganó el papel. Ha dejado claro su interés por el personaje y la historia, prometiendo hacer un gran trabajo al interpretar a "Nico, Rico" como él ya le llama.


De inmediato, se le hicieron pruebas de vestuario al actor, que además se negó a hacerse algún cambio de look alegando que no quería perder la esencia desgarbada y despeocupada del chico Cortés asi que, aquí les traemos una de las primera imagenes de su más querido rompecorazones del momento:


En un principio, creimos que esta elección se trataba de puro nepotismo, pero luego de ver la magnifica interpretación de Rob, nos hemos convencido de que él y Olivia harán un magnifico papel en el...papel de la parejita del momento. Más adelante les traeremos las primeras imágenes de los tortolos al fin juntos.

Esto es todo el día de hoy en las noticias del Cast pero te seguiremos informando, al parecer los papeles de Andy (la amiga loca), David (el nerd sin remedio) y de la odiada Rebecca, ya estan tomados asi que no te pierdas de vista en este tu blog.

¡Cambio y fuera!

sábado, 8 de mayo de 2010

*º'º UNO º'º*

Música? Can take my eyes of you- Muse


Sé que debería estar aburrida.

A estas horas tendría que estar dormida o viendo alguna maratón de alguna serie policiaca mientras espero que Andy llegue por mí para ir al cine a ver aquella película del tipo que sale en The Office. Pero no, estoy en casa de Nico haciendo una reseña sobre la extraña vida de Salvador Dalí.

No todo esta tan mal, debo admitir.

La compañía es agradable, demasiado agradable.

No estoy segura si son mis hormonas o el hecho de que Dalí me parece un anciano bien conservado, pero no puedo dejar de ver a Nicolás. Me ha recibido después de levantarse muy tarde ese sábado. Mientras investiga en Wikipedia, observo que lo único que cubre su desgarbado cuerpo de 1.75 son unos jeans azules y una camiseta blanca sin mangas. Es digno de verse, incluso de tocarse y lo haría si pudiera. Con mis dedos repasaría el contorno de sus ojos, también las ojeras que se le dibujan en estos momentos. No entiendo como la idiota de…lo olvido, no quiero pensar en ella.

Con toda la confianza del mundo me recuesto en su cama sintiéndome afortunada de haber llegado tarde el día que se asignaron los equipos en el taller de Historia del Arte. Juro que sí. De lo contrario, no estaría en la habitación del inalcanzable Nicolás Cortés, la persona más genialosa del mundo.

- ¿En qué piensas?- pregunta él sin despegar los ojos de la pantalla, ahora busca en Encarta.

- En nada - sonrío.

Si, tal vez Nico no es tan popular como los chicos que salen en las películas que son capitanes del equipo de lo que sea en la escuela. Más bien, es famoso entre aquel reservado grupo de tercer año que lo conocemos por ser muy simpático, inteligente y caritativo. ¡Y como no!, había organizado él solo la maratón de los Simpson para juntar dinero y regalar comida a los pobres.

Repaso una a una sus cualidades hasta que recuerdo un pequeño detalle, uno que me molesta bastante desde hace algunas semanas: su ex.

¿Cómo he podido olvidarla? Su foto aún yace pegada al espejo del cuarto de Nico. No puedo negar que Rebecca Mejía es demasiado guapa, de hecho, me siento tentada a buscar su foto en el diccionario para comprobar que no aparece al lado de la palabra Lolita, ya saben, por la actitud seductora y la forma de hablar. Pero con todo eso, debo admitir que es buena persona, un poco hipócrita si me preguntan pero nunca se ha metido conmigo, incluso he charlado con ella en el baño de la escuela por lo que siento que no tengo nada en su contra, excepto claro sólo su relación pasada con Nico. Pero bueno, dejemos a un lado el hecho de que Nicolás sigue pensando en su novia. No quiero ponerme de mal humor.

Van a ser las siete de la tarde y no hemos terminado el trabajo. Nicolás se la ha pasado contándome chistes o preguntándome cualquier cosa de la escuela, nos ha atrasado demasiado pero cuando tienes una fijación romántica como la mía eso no te importa. Podía estar enclaustrada en su cuarto respirando el olor de su perfume por mucho tiempo, convirtiéndome encantada en uno más de sus muebles.

- No sé tú pero yo me muero de hambre. ¿Te parece si ordenamos una pizza?- me dice Nicolás bostezando - si quieres te dejo elegir los ingredientes- me toma de una mejilla y la aprieta con la misma fuerza de una abuela besucona.

El departamento de electricidad de mi cuerpo comienza a trabajar por su toque. Es ridículo lo que él me provoca, tanto así que estoy dispuesta a pedirle que se aleje de mi piel. Una loca psicótica como yo no debe ser tocada casualmente por el hombre de sus sueños. Pero así es él, su aire cálido se hace presente con todas las personas que lo conocen, es como un pequeño planeta y todos orbitamos a su alrededor. Por eso no me hago ilusiones con Nico. Sé que sólo soy saltélite más.

Pero ahora pienso un poco diferente porque sólo 10 minutos has bastado para que volviera a tocarme. Se sienta conmigo en la cama, fastidiado por el trabajo. Toma un mechón de mi cabello y se improvisa un mostacho con el mismo.

- Dime la verdad, ¿cómo luzco?- arquea una ceja y luego imita la pose de la fotografía de Dalí en el libro.

Mi cabello no es tan largo, por lo mismo su rostro se acerca a menos de 30 centímetros del mío. Aún puedo oler la esencia del jugo de arándano que ambos tomamos.

- Te ves bien- suelto el mechón de sus manos, mostrándome incómoda por la situación tan penosa en la que me encuentro.

Nicolás sonríe de nuevo levantándose rápido de la cama.

- A veces soy muy tosco - admite- es más, te acomodo tu cabello -

Él toma de nuevo el mechón colocándolo detrás de mi oreja, sonriendo cuando ve el color rojo de mis pómulos. Me siento tan estúpida por sonrojarme en aquel momento, nunca lo hago y esta situación no es la mejor para comenzar. Por alguna razón extraña, Nicolás se sienta de nuevo muy cerca de mí, lo cual me pone súper nerviosa. Seguramente el muy bastardo sabe que me siento ligeramente atraído por él desde…bueno, básicamente desde que lo conozco.

Sólo había algo que podía calmarme en aquel momento.

- Gestapo- digo rompiendo el hechizo de sus ojos.

- ¿Gestapo?-

- Cuando estés nervioso hasta la coronilla, repite una palabra de la que no tengas ni idea qué significa, a si tu cerebro pierde tiempo en buscarle sentido-

Mierda. He pensado en voz alta, muy alta y la sonrisa en el rostro de Nicolás me comprueba que efectivamente la he cagado. Creo que en este punto Nico ya se había acostumbrado a mi boca que a veces decía estupideces y otras soltaba groserías como marinero de agua salada. En algunos ratos, era peor que Jack Sparrow.

- Eres adorable Cecilia- me dice antes de levantarse nuevamente de la cama.

¡Alerta de cumplido!, ahora si debo de sonrojarme, pero ¿seré adorable como Ricitos de Oro?, ¿adorable como un bebé? Si fuera así, qué aburrido.

- Tú también lo eres- digo rápido, casi no quiero que me escuche, pero lo hace.

Nicolás se pone de cuchillas enfrente de mí tratando de asimilar mis palabras.

- ¿Piensas que soy adorable?- pregunta.

Uy. Veo venir un momento del cual me puedo arrepentir o recordar para siempre. Estoy segura.

- Bueno, sí, ya sabes. Eres buen niño- me trueno los dedos esperando que me corra de su casa pero no lo hace, simplemente sonríe un poco.

- ¿Lo ves?, por eso me caes súper bien, ves en mi lo que muchas no - me toma de la mano-
No eres como Rebecca que piensa que soy un mal hombre, porque, si sabias que por eso me dejó ¿no?-

Niego con la cabeza, yo no sé nada de nada. Eso no es la plática romántica que me esperaba exactamente después de tomarle las manos. Hablar de Rebecca era lo último que quería en ese momento, pero quiero seguir siendo "adorable" para Nico y trato de seguirle el juego de psicóloga de pacotilla y su paciente.

- No eres exactamente un mal hombre Nicolás, es más, técnicamente ni siquiera eres uno, ¿cuántos tienes?, ¿16, 17 años?-

- 18- admite.

Creo que si, casi está a punto de ser hombre según los libros de texto gratuitos.

- La edad no importa en el amor, tal vez la madurez un poco pero no me hagas caso, no tengo experiencia en ese ambito y además, no conozco su relación con profundidad - continua escuchando atento, casi como presenciando una cátedra en la Universidad Nacional–
Se ve que eres atento con ella o más bien, con las mujeres en general. No eres patán como muchos que conozco sino al contrario, eres un caballero. Además, creo que Rebecca no se puede quejar de tenerte como novio: eres el más guapo de la escuela-

Vaya, esa última se me ha escapado sin remedio.

Quisiera echar todo atrás y no haberlo dicho pero lo olvido cuando veo como Nicolás se acerca a mí. No creo que vaya de nuevo por mi cabello porque sus manos toman mi rostro delicadamente. Me mira pensativo, como si estuviera decidiendo si cortar el cable rojo o el negro para evitar que explote una bomba. No quiero ser un cable, yo quiero ser la bomba.

Sus ojos se posan en mi boca, mientras se acerca cada vez más, su aliento me pega en los labios hasta que finalmente...

¡Bam!, me besa. Algo dentro de mi se detona sin remedio. Después de todo, la bomba si hizo explosión.
Primero me da uno de prueba para ver si no me retiro, se parece demasiado a mi primer beso en el kinder. No pongo objeción alguna así que Nico continúa con otro y uno más. Él cierra los ojos mientras mueve sus labios contra los míos. Yo no hago lo mismo, sino que me mantengo con los ojos bien abiertos como una loca. ¡Wow! Nicolás me está besando y sólo por haberle dicho que también él es adorable.

¿Qué pasará si le digo que es un sueño?

¿Me besará más, o menos?

¿Se fijará más en mi y luego, nos daremos cuenta de que somos claramente el uno para el otro e irrmediablemente seremos felices para siempre?

Ni idea pero no es por nada, veía venir todo esto. Las miradas que me lanzó la primera vez que lo conocí me lo dijeron y yo, nunca les hice caso.

Luego de un rato, comienzo a besarlo también, he salido de mi estado de shock. Lo tomo del cuello para atraerlo más a mí, no me importa verme efusiva porque así me siento. Me siento genial, me siento grande y muy madura por alguna razón.

Yo soy la que doy paso a los besos franceses y lejos de representar el final de la sesión, Nicolás la continúa con mayor entusiasmo: su lengua sabor arándano recorre la mía de manera deliciosa. Esto es lo mejor de lo mejor. Me relajo un momento sin pensar en nada más. Ni la madurez, ni la película, ni Dalí me importan ahora.

Planeo disfrutar de los besos de Nicolás Cortés pase lo que pase.